Me sostiene agarrada por el brazo y yo tiro para soltarme pero no me deja alejarme.
-Pau, espera... Escuchame -me pide casi en un susurro. Pero me da miedo lo que pueda llegar a decir. Hay cosas que no quiero enfrentar, al menos no hoy, no ahora.
-No, Pepe. No digas nada... –comienzo a decirle pero me interrumpe.
-Pero en serio. No quiero que estés enojada -me ruega y esta vez lo interrumpo yo.
-No estoy enojada. Creo… Pero no quiero hablar ahora. Me voy a dormir, ¿sí? -le digo y vuelvo a tirar de mi brazo para que lo suelte y esta vez me deja ir.
-Bueno, pero toma las llaves para abrir. Dejamelas en la maceta de al lado de la puerta que quiero caminar un poco más y después vuelvo.
Asiento, agarro las llaves que me ofrece y me voy hacia la casa sin dudar.
Entro y subo a la habitación, no sin antes dejar las llaves donde Pedro me dijo que lo hiciera. Zai ya está profundamente dormida, así que ni se da cuenta de que llegué, me desvisto, me pongo el pijama y me meto en la cama. Intento dormir pero el momento que viví en la lagunita hace algunos minutos no deja de rondar por mi cabeza. Recuerdo una mano de Pedro en mi cintura, la otra en mi barbilla. Recuerdo sus labios sobre los míos, recuerdo lo cómoda que me sentí en sus brazos por unos segundos, recuerdo como me abrazó con más fuerza al no sentir resistencia por parte mía, la manera en que me sentí segura entre sus brazos. Recuerdo la sensación de revoloteo en mi estomago. Y por último recuerdo por qué me separé de él. Tengo novio, y lo amo de eso estoy segura, pero estoy tan confundida… No sé qué siento por Pedro. Y no sé qué siente él por mí. Bueno, me beso, pero ¿qué significa eso?
No recuerdo en qué momento me quedé dormida pero por suerte logre conciliar el sueño y volví a despertarme solo cuando sentí a mi amiga llamándome, por la mañana. Nos vestimos y bajamos juntas a desayunar. Yendo por la escalera ya podía sentir el olor a tostadas que llenaba la planta baja de la casa. ¡Qué rico! Pasamos por el living y Pedro ya no estaba allí, seguro que ya estaba en la cocina. Mejor. No quería verlo a solas aún, aunque iba con Zai… Pero bueno, mientras más gente entre nosotros, mejor.
Entramos a la cocina y nos encontramos con Pedro, Andrés y Nora ya sentados alrededor de la mesa.
–Hola chicas –nos saludó Nora–. Buen día.
–Buen día –respondimos con Zai al mismo tiempo y los hicimos reír.
Nos sentamos con ellos y nos unimos a la ronda de mates, comimos algunas tostadas y charlamos. Aunque yo hable poco y nada, creo que ni se dieron cuenta de mi incomodidad; y Pedro ni me miró, al menos las veces que me animé a observarlo de reojo no tenía sus ojos en mí.
¿Qué voy a hacer con esto? Si nos estábamos llevando tan bien… ¿Por qué tenía que besarme? Necesito una charla de amigas YA, pero un gran problema es que mi única opción en este momento es Zaira, y yo creo que Zaira se entera del beso y se muere, bah, no se muere me mata o mata a Pedro… En si no sé, nunca demostró ser una prima celosa, pero me da miedo lo que pueda opinar. Igualmente fue solo un beso, ¿no? Y yo no siento nada por él… Creo… Ese es mi segundo gran problema: no sé qué siento por Pedro.
Extraño a Martín y lo amo, y amo sus besos, sus abrazos, su contención, la manera en la que me hace reír, la forma en que me hace sentir cuando me tiene entre sus brazos y me hace mimos, la confianza que hay entre nosotros. Tanto tiempo de relación que no quisiera echar a perder…
Pero el beso de Pedro, que solo fue un roce de labios, me movilizó mucho, bastante, más de lo que me gustaría tener que admitir. Me gustó. Con él me río mucho también pero de una forma diferente… Me rió porque es divertido como Martín, pero me río más viéndolo reír a él, me gusta la forma en que nos reímos juntos.
Necesito descargarme, hablar de todo lo que me pasa por la mente, por el corazón con alguien, pero Flor está tan lejos… Igual le voy a mandar un mensaje, porque no sé cómo podría llegar a reaccionar la cachorra (ay, Pedro ya me pegó esa forma de llamarla) si se entera del beso, si se entera de que, al parecer, Pedro tiene sentimientos hacía mi y que yo no sé ni qué sentir…
-Bueno, yo me voy a dar una ducha ahora -dijo Zai mientra se levantaba de la mesa-. Los veo en el living así después caminamos un poco, ¿si? Tengo unas ganas de ver el laguito -nos dijo a Pedro y a mi. ¿Justo al laguito? Siempre con tanta puntería mi amiga. Nora y Andrés nos dijeron que juntaban las cosas del desayuno y se iban a hablar con la familia que cuidaba el campo, vivían en una casita dentro del mismo, a un kilómetro mas o menos de donde estábamos. Y yo que no pensaba quedarme sola con Pedro le dije a mi amiga que mientras se bañaba iba a acomodar mi mochila.
-Anoche la deje hecha un desastre -le comenté. Era mentira, no tenia tanta ropa como para poder haberla desordenado pero tenia planeado seguir evitando estar a solas con Pedro.
Subimos juntas, Zai agarró su ropa y yo saque todo de mi bolsito para volver a doblarlo y guardarlo.
-No tenias tan desordenadas las cosas -me dijo Zai mientras estaba concentrada doblando una remera y le respondi sin mirarla.
-Sabes que soy media obsesiva con el orden, mas que nada el de la ropa.
-Lo se, pero estas rara desde que nos levantamos. ¿No te pasa nada más a vos?
-No amiga, nada -me volví a verla y le sonreí para convencerla. ¿Cómo podía conocerme tanto?
-¿Segura? ¿Hablaste de nuevo con Martín? -insistió y que nombrara a Martín me hizo sentir peor. Cada vez que estaba nerviosa o pensativa, o así, últimamente era por él, pero ahora no era solo por él, por alguien más también. Su propio primo.
-Si, todo bien Zai. Nada nuevo de Martín...
-Bueno, te voy a creer -me dijo y con sus cosas en mano se dirigió a la puerta para ir hacia el cuarto de baño que estaba en el pasillo entre las dos habitaciones del segundo piso, pero antes de salir se giro hacia mi y agregó algo más-. ¿Con Pedro pasó algo?
Su pregunta me sobresaltó totalmente. El nudo en la panza que tenía desde que me levanté ahora se anudó más ¿Qué sabía esta chica?
-¿Eh? ¿Por qué lo decís? -dije intentando que los nervios no se transmitieran a mi tono de voz. Y soné bastante firme, por suerte.
-No, nada. Ni le dirigiste la palabra hoy. Creo que ni lo miraste.
-Que observadora que sos amiga -le dije fingiendo una risa-. En serio, no pasa nada. Ni me di cuenta de eso que decís.
-Bueno, en fin. Voy a bañarme -concluyó con eso su investigación a lo Sherlok. Iba a tener que hablar un poco más con Pedro (aunque sea cuando estabamos los 3 juntos) o contarle lo que pasó.
Me senté en mi cama y tomé mi celular, respondí un mensaje que tenia de mi mamá (haciendo la parabólica para enganchar un poco de señal) y aproveche para escribirle a Flor. Le conté resumidamente la buena onda q había surgido entre Pedro y yo, el beso de anoche y mi estado de "no saber qué hacer ni qué sentir". "AYUDA!!! Le cuento a Zai?" Fue el final de mi, un poco extenso, mensaje. Terminé de doblar mi ropa y después me tire de espaldas en la cama para esperar a mi amiga.
Zai volvió del baño a medio vestir y me dijo que me preparara para caminar, como con la vestimenta que tenía ya estaba bien para salir a caminar, fui hasta el baño para dejarla cambiarse tranquila a mi amiga y también para hacer “lo primero” porque seguro que en el medio del paseo me agarraban ganas (muy típico mío tener que volver antes de un paseo por ese motivo). Cuando entre de nuevo a la habitación para ver si mi amiga estaba lista, la vi con mi celular en mano, leyendo algo, y el pánico se apoderó de mí. ¿El mensaje que le mande a Flor? Me muero muerta. ¿Cómo reaccionará?
-Amiga… -Empecé a decirle y al parecer ella, recién en el instante en que me escucho se dio cuenta de que había vuelto a la habitación.
-¡Pau! Mandó un mensaje flor y quise saber que decía. Pero no entendí algo… ¿Qué cosa no sabes si contarme? –me indagó y se sentó en mi cama.
-¿No leíste lo que le mandé yo?
-Estaba a punto pero me contuve, quise darte la oportunidad de que me lo digas cara a cara. ¿Paso algo malo amiga?
-No, bah, creo que no es malo… No sé –terminé la frase entre balbuceos, sigo sin saber que pensar de la situación que viví con Pedro desde que pasó. Suspiré y me senté frente a ella, en su cama.
-Me preocupas… ¿Dije o hice algo que te molestara? Estas rara… -me dijo.
-¡No! ¡Vos no hiciste nada! –le dije rápidamente para que no terminara confundiendo los tantos.
-¿Pedro? –me dijo, pensativa-. ¿Qué te hizo este pibe? Decime y lo mato. ¿Te molestó?
-No, nada malo… Creo que no es malo. Ya no sé amiga –largué gran cantidad de aire, como desinflándome y apoyé mis codos en las rodillas, luego mi cabeza en mis manos. Escondiendome de la mirada de mi amiga para darme el valor necesario para confesar.
-No entiendo –Me dijo.
-Yo tampoco –admití.
-Paula, me pones nerviosa. ¡Habla!
-Me besó, Zai. Eso hizo. Anoche, me beso –solté la verdad hablando con rapidez y levantando un poco la cabeza para ver su expresión. Sus ojos se abrieron al instante, enormes.
-¿Que qué? –preguntó casi en un grito de histeria.
-Para, tranquila. Sí, me beso.
-¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? –largó todas sus preguntas juntas. Casi sin respirar al hablar.
-Anoche, cuando terminó la película fuimos hasta el laguito caminando y ahí me besó… ¿Cómo? No sé, me agarró, me acercó a él y lo hizo…
-Y… Pero… -se quedó trabada. Pensando. YA quería saber qué se le pasaba por la cabeza, me moría de vergüenza y me ponía los pelos de punta no entender su reacción. Esperé pacientemente a que procese todo y fuera capaz de hablar otra vez-. ¿Te gustó?
-¡¿Qué?! –Ahora yo era la que estaba anonadada, sin palabras. De todo lo que esperaba que me dijera eso era lo que menos me imaginaba.
-Eso. ¿Te gustó? ¿Se lo devolviste? –preguntó otra vez, ahora sonriendo con picardía. Esta amiga mía me va a volver loca. No entiendo nada.
-Em… Este… No sé amiga, yo estoy con Martín –le dije-
-Ya sé pero Pedro desde que llegó que me está volviendo loca, me habla de vos todo el tiempo, lo tenes totalmente embobado.
-¡¿Qué?! –Volví a preguntar por segunda vez esta mañana… Demasiada información. ¿Cómo podía procesar todo esto con rapidez?
-Eso. Y la verdad es que un poco lo animé a que te diga o haga algo… -admitió, de nuevo con su sonrisa picara en el rostro.
-No entiendo nada –le dije y me levanté. Comencé a caminar nerviosamente a los pies de ambas camas, iba y venía de la ventana hasta la puerta-. Nada pero nada de nada… ¿Me querés explicar? –Le dije y me planté frente a ella-. Si sabes que tengo novio.
-Ay sí, ya sé amiga –comenzó a decirme con su tonito de santa, el que siempre usaba cuando metía la pata y no quería que yo me enoje-. ¿No te gustaría que seamos familia?
-¡Zaira! –La reté con seriedad pero tuve que contener la risa que me generó su idea. Ella es tan… Tan… ¡Tan Zaira!
-Bueno, che. No sé, sabes que a mí nunca me cayó del todo bien Martín, por algo nunca pudimos salir Flor y yo con ustedes dos. Perdón, se que vos lo amas y extrañas, peor… No sé. No me dijiste que sentiste con el beso de Pedro…
-¡Basta Zai! Me vas a hacer enojar. Sé que nunca te gustó que saliera con él pero como amiga mía que sos tenes que aprender a respetar mis decisiones.
-Y la respeté por casi un año, pero… Bueno, es mi primo Pedro, me pidió consejos… Y lo vi tan enganchado con vos… No sabes la ternura que me da escucharlo hablar de lo que le pasa con vos.
-No me estas ayudando a mi…
-¿Por qué?
-Porque haces que me confunda… ¡Que me confunda mucho!
-Entonces algo sentiste con el beso… -me dijo moviendo sus cejas hacía arriba y con su sonrisita grabada en la cara.
-¡Basta!
-Dale, contame… -me pidió. Y es mi mejor amiga, casi una hermana. Si no me desahogo con ella, ¿con quién lo voy a hacer?
- Bueno –le dije y volví a sentarme frente a ella-. No te voy a mentir y decirte que no sentí nada –al confesarlo sentí el calor subiendo por mis mejillas. Yo y mi timidez-. Algo me movió, bastante…
-¡Ayyyy! –pegó un gritito y se sentó a mi lado pasándome un brazo por los hombros-. Pedro va a estar TAN feliz.
-¡¿Qué?! –grité yo ahora-. No, no, no, y no. Ni se te ocurra contarle nada de lo que estamos hablando… Además ya te dije que voy a serle fiel a Martín. ¡Él nunca me traicionó!
-Ufa –dijo y me soltó del abrazo-. Está bien, no digo nada… Pero al menos habla con él. No lo ignores como hiciste toda esta mañana.
-¡¿Pero qué le voy a decir?! –pregunté bastante alterada por el solo echo de volver a encontrármelo a solas.
-¿La verdad? Decile lo que me dijiste a mi… Que estas con Martín y que no queres nada con él.
Claro, que fácil decirlo es para ella. No quería romperle el corazón de esa manera a Pedro, ya le había tomado mucho cariño y me enterneció lo que dijo Zai… Desde que llegó que había estado loco por mí. Ahora, ¿qué hago?
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¡Cuantos problemas para Paula! ¿Qué hará ahora?
Buenas noches a todos y muchas gracias por leer ♥ Espero hayan pasado hermoso fin de semana largo. Besos!!
Agos ☺
Muy bueno,segui subiendo!!!
ResponderEliminarmuy lindo cap me encanto que dilema el de paula , pero quien le acegura a pau que el novio no esta con nadie en su viaje
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