miércoles, 18 de junio de 2014

Capitulo 20

Después de la "Noche de amigas" con Zai y Flor, en la que les había contado todo lo que sentía, todo lo que me pasaba con respecto a Pedro, con respecto a Martín, y después de todos sus consejos y sugerencias que no sabía si me habían aclarado las cosas o confundido más, volví a mi casa para dormir.
Flor al otro día (en realidad hoy mismo, porque ya eran las 4 am) tenía el cumpleaños de la más pequeña de sus primitas en una quinta con pileta, por lo que no podíamos contar con ella para hacer nada. Con Zai pensamos, ya que Flor se iba a una pileta, nosotras también quisimos ir a la pileta, pero a la del club.
Con esos planes en mente y con la preocupación de cómo reaccionar o qué hacer mañana cuando seguramente vea a Pedro, me fui a dormir.
Me desperté con el sonido de golpecitos en la puerta de mi habitación, al principio no reaccionaba porque de tan dormida que estaba me parecía que esos golpecitos pertenecían a mi sueño. Pero cuando me di cuenta de que no eran de mi sueño me levanté de un salto y pregunté:
-¿Quién es? -mientras buscaba mi short de jean para sacarme el del pijama y ponerme ese.
-Yo, Pau. ¿Puedo pasar? -Escuché la voz de Zai desde el otro lado. Me tomó por sorpresa esa respuesta, pero ya estaba acostumbrada a que se apareciera por casa sin avisar cuando le agarraba ansiedad por algo. ¿Qué le habría pasado?
-Si cachorra, pasa –le dije de manera automática y después me reí por haberle dicho "cachorra", como Pedro le decía, inconscientemente. Vi la puerta abrirse y a mi mejor amiga entrar.
-¿Cachorra? –me preguntó haciéndose la ofendida-. Esto ya es inconvesible.
-¿Inconvesible? –Le pregunté y estallé en carcajadas- ¿No será inconcebible?
-Bueno, vos me entendiste –me dijo mientras agarraba un almohadón que estaba en el suelo y me lo tiraba. Cerró la puerta detrás de ella y se sentó en mi cama-. Vine acá para decirte algo.
-Sí, me imagine. Soltá no más –le dije sonriendo mientras terminaba de vestirme.
-No vamos a poder ir a la pile del club –me dijo con seriedad. Como nerviosa. La notaba inquieta y no entendía por qué. Dejé la remera que estaba acomodando y me senté a su lado para escucharla.
-¿Por qué? ¿Paso algo amiga? Me preocupas.
-Nada grave –me dijo.
-¿Y entonces? ¿Por qué tan nerviosa? –le pregunté intrigada y vi como se ruborizaba un poco.
-Es que… Juan me invitó a salir. Hoy… Y por eso no puedo ir. Perdón –me dijo como con miedo peor a la vez sin poder ocultar su felicidad. ¿Qué se pensaría? ¡No me voy a enojar porque una vez me cancele! Años que está enganchada con Juan y al fin se le están dando las cosas. No me puedo poner más feliz.
-¡Amiga! ¡No me tenés que pedir perdón por nada! Tenés que disfrutar y ser feliz con esto. ¡Al fin se te está dando! –sonreí con más fuerza y la abracé.
-¡Ay gracias Pau! Sos la mejor –me dijo aún escondida en mi hombro-. Estoy que saltó en una pata de alegría. Anoche cuando llegué a casa de lo de Flor, abrí el Facebook un rato y vi que me había dejado un mensaje…
Me contó los mensajes que habían intercambiado con Juan, sus ilusiones, sus esperanzas, sus ganas de verlo. Iban a ir a la costanera a caminar un rato, a merendar y pasar la tarde juntos.
Flor en un cumple, Zai que salía con Juan. ¿Qué iba a hacer yo hoy? Pensé mientras almorzaba con mis hermanos. Tal vez solo esto, pasar el día con mis hermanos, acá en casa, tranquila… Mi celular comenzó a sonar indicando una llamada.
Al agarrarlo de la mesa y lee “Llamada entrante de Pepe” el corazón me dio un vuelco. Automáticamente me agarraron unos nervios terribles. Me quedé media bloqueada pero apenas pude reaccioné.
-Hola… -dije poniéndome el teléfono al oído.
-Hola. ¿Pau? –pude escuchar la voz de Pedro.
-Sí, soy yo –le respondí- ¿Cómo andas Pepe?
-Todo bien, ¿vos? ¿Estás ocupada? –me preguntó.
-Todo bien. No, decime. Estaba terminando de comer –le comenté mientras caminaba hacia el living para poder hablar tranquila. Dejando a mis hermanos en la cocina.
-Ah, em… Bueno –le escuche como dudoso. Sin saber qué decir.
-¿Paso algo Pepe? ¿Zai te pidió que me digas algo? –me senté en el sillón y Luca se sentó al lado mío pidiendo mimos que comencé a hacerle enseguida.
-No, yo te quise llamar. Te quería decir algo.
-Ah, bueno. Decime no más.
-Como supe que Zai hoy te canceló el plan que tenían ustedes, se me ocurrió una idea.
-Ajam –comenté. Y en mi estomago comenzó a formarse un nudo de nervios, se ansiedad. ¿Con que me saldrá este chico?
-Yo iba a ir a ver unas universidades para ver qué carrera me termina de convencer. Quiero arrancar algo este año. ¿Me querés acompañar? Sé que hace calor, pero te prometo que si venís te invito un helado –me dijo y me hizo reír su aclaración del final. Pero mientras me reía en mi mente intentaba deliberar qué hacer. Una tarde a solas con Pedro… Esto podía terminar mal, mal bien o bien mal. No sé, AHHHH. Amo pasar momentos con él, y Martín que está… Es mi novio todavía. Bueno, ¿cuánto puede pasar en una tarde? Nada… O todo. En fin, me la juego y voy, tengo que terminar de descubrir qué me pasa con Pedro para poder decidir qué hacer.
-Bueno, solo voy si me compras el helado –le dije aún riendo.
-¿De qué te reís? –me preguntó sin entender mucho.
-De tu forma de querer convencerme a acompañarte. ¿Tan gorda soy? –pregunté mientras me seguía riendo-. Sabes que sin el helado te acompañaba igual.
-Bueno, gracias –lo sentí sonreír-. Te paso a buscar por tu casa y vamos con el auto, ¿sí?
-Dale, ¿a qué hora?
-Después de las 5, ¿no te parece? Así no hace tanto calor.
-Sí, me parece genial. Nos vemos a esa hora.

Genial. Genial… GENIAL que no sé qué ponermeeeeee. “Tengo que vestirme bien porque vamos a universidades, nada de este short tan corto, ni de musculosa” pensaba mientras me miraba. Y a su vez algo lindo, “quiero están linda para él” me admití a mí misma y sonreí como una colegiala enamorada. ¿Enamorada estoy diciendo? Mejor pongo manos a la obra y dejo de pensar en pavadas, de enroscar más mis sentimientos y mis ideas. Me levantó del sillón y miro la hora en el reloj de pared, las 14:15 hs. ¡Wow! Creí que era más temprano. Vuelvo a la cocina y les pido a mis hermanos que se encarguen de lavar los platos ellos, así mientras me bañaba y cambiaba.
Subí rápido a mi habitación y comencé a buscar algo de ropa que me parezca adecuada para la situación. Enseguida encontré una remera mangas cortas acorde y luego de revolver un rato hallé una pollera larga que me había comprado al comenzar en verano y casi ni había usado. Esto y mis sandalias con un poco de plataforma y ya estaba lista. Dejé todo acomodado arriba de mi cama y fui hasta el final del pasillo para entrar a la ducha.
¿No les pasa que mientras se duchan se ponen en analistas de la vida y empiezan a pensar en miles de cosas que tienen que hacer o resolver e intentan llegar a soluciones? Al menos a mi me pasa eso, entro en la ducha y es como que me abstraigo completamente a mi mundo y me pongo a pensar en todo lo que me pasa, a intentar resolver cosas, o a reflexionar sobre algo que ya hice, si fue lo correcto, si tendría que haber hecho algo distinto. Pero como dice mi madre: “lo hecho, hecho está”. Así que todos los besos con Pedro, las sonrisitas cómplices y miradas tiernas intercambiadas no se podían borrar. A veces quería poder borrarlo todo, volver atrás y solo pensar en Martín. Era más fácil, me evitaba problemas, me evitaba nervios o tener que andar ocultando mis sentimientos. Pero en otros momentos no, no quiero borrar nada, como me pasa ahora. NO PUEDO borrar lo que me pasa con Pedro. Con él la paso tan  bien, me rió tanto, ¿por qué querer borrar eso? Está bien, estar sintiéndome de esta forma con él me trae problemas, pero ¿no es lo más hermoso del mundo sentir esas mariposas revolotear en mi estomago cada vez que alguien pronuncia su nombre, cada vez que me dedica una de sus sonrisas tímidas que tanto amo, cada vez que algo me hace acordar a él?
“No todo siempre es color de rosas”, otra de las frases tan repetidas por mi vieja, y coincido totalmente. Lo que me pasa es un claro ejemplo, tengo mis momentos “rosa” con Pedro pero nunca pueden ser completamente de ese color porque me siento muy mal por traicionar de esta manera a Martín. Igualmente, tengo que tomar una decisión y creo que ya sé cuál va a ser…
Salí de la ducha, me vestí y me puse a leer un poco del libro que estaba leyendo ahora mientras esperaba que se hicieran las cinco de la tarde.
Sonó una bocina y me levanté de mi cama de un salto. Eche un vistazo al espejo, me arreglé el pelo y salí corriendo escalera abajo.

-----------------------------------------------------------

Buenas, aquí les dejo el capitulo 20. Prontito el 21 que se viene con tutti. Qué habrá terminado de decidir Paula mientras se bañaba?
Cuáles serán las ideas de Pepe frente a todo lo que pasa?

Que tengan todos buen miércoles. Y vamos que ya se puede oler el viernees jajaja.

Besos grandes.

Agos ☺ 

6 comentarios:

  1. Que lindo capitulo!!!! me encanto!!!! subi el capitulo 21 pronto! no nos dejes con la intriga por taaaanto tiempo! jajajaja (hacelos avanzar mas en la relación, que Pau no sea taaan lenta jajaj )

    ResponderEliminar
  2. Quiero el 21!!! No nos extorsiones con los comentarios y subilo pronto jaja!!
    Que dejen que las cosas fluyan! Todo decanta por si solo!!
    Beso

    PD:te comente en ambos lados, me merezco el capítulo jaja...

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno,esperando ansiosa el siguiente.

    ResponderEliminar
  4. muy bueno, me quede intrigada tengo varias suposiciones de lo que decidio pau, la primera, decidio deja a matias y darle una oportunidad a pedro, la segunda le va a dar una oportunidad a pedro y va a ver que hace,bueno de estas suposiciones cuando lei el cap se me vinieron unas cuantas jajaj me haces pensar, espero el siguiente con ansisas besotes

    ResponderEliminar
  5. Aaay...no me habia dado cuenta que subiste, creo si mal no recuerdo que te digamos si seguiamos leyendo la nove para hacer una lista nueva y se me pasó y no te dije pero si, obvio que sigo leyendola.

    ResponderEliminar