Así que el sábado no fue un paseo para recordar por años y años, igualmente es obvio que nosotros tratamos de ponerle la mejor onda y fuimos haciendo chistes y bromas hasta los guías de los museos nos pedían silencio. Al medio día, entre la visita de un museo y otro, paramos en una plaza para comer algo. Compramos fiambre, pan y una botella de agua bien fría en un almacén y nos sentamos en el suelo, bajo la sombra de un árbol, sobre una lona que Zai había llevado (siempre tan precavida). El lugar estaba bastante concurrido, ya sea por gente que trabajaba por la zona y salía a almorzar aprovechando el paisaje verde de la plaza, tanto como de chicos que al estar de vacaciones se la pasaban jugando en las hamacas, toboganes y demás juegos. Una vez que terminamos de comer seguimos charlando sentados a la sombra, riendo. En un momento Zai nos dijo "ahora vengo" y se fue a hacia un grupo de chicas que creo que yo nunca había visto. Mientras Zai saludaba a sus conocidos, a quienes parecía que hacía mucho tiempo que no veía por la efusividad de sus abrazos, le propuse a Pedro jugar a las cartas un ratito, ya que también teníamos que hacer tiempo hasta la hora en que abría el segundo museo que visitaríamos ese día, y yo siempre que salía con amigos llevaba mi mazo de cartas en el bolso.
Me aclaré la garganta para llamar su atención y al instante, desde la otra punta de la lona donde estábamos sentados, me devolvió la mirada, así que le pregunte:
-¿Te acordás como se juega al truco, no? -Era mi juego favorito de cartas.
-Em, más o menos, allá jugaba con mi familia pero muy de vez en cuando y con mis amigos nunca -me dijo a la vez que me sacaba el mazo de cartas de las manos y las pasaba entre sus dedos una a una tratando de recordar-. Ayudame a hacer memoria. ¿Esta era la que le ganaba a todas, no? -me pregunto mostrándome el uno de espadas.
-¡Correcto! -le dije imitando el tono de voz de una diva conductora del país y reímos.
Se puso de rodillas y se acercó un poco más a mí apoyando su espalda en el mismo árbol en el que estaba apoyada yo. Dejó el mazo de cartas en mi rodilla y cuando lo hizo sus dedos se detuvieron en mi piel, rozándola, por unos segundos, no sé si intencionalmente o sin querer pero esa acción generó que algo parecido a la electricidad, como un cosquilleo me quedó en la zona de la pierna donde sus dedos se habían demorado. Lo mire a los ojos para ver qué pasaba por su mente pero ahora estaba concentrado en acomodar bien la lona en la que estábamos sentados. Sacudí la cabeza para aclararme las ideas y volver a la realidad. ¿Qué te pasa Paula? Pensé. Y me repetí internamente: "Tenes novio, tenes novio, tenes novio. Lo amas y lo extrañas."
-¿Me vas a explicar o no? -me dijo Pedro sin perder la sonrisa y logró que vuelva a la realidad. Creo.
-Sí. - contesté y sin agregar mucho más me puse a recordarle todas las reglas del juego.
"Tengo novio, tengo novio, tengo novio." Me repetí, una vez más. Por las dudas, y porque Pedro estaba muy cerca de mí para escucharme mientras le explicaba el juego y esa cercanía hacía que mi corazón se acelerara.
Una vez que Pedro recordó cómo jugar, comenzamos una partida a 30 puntos. Lo cierto es que no parecía haberse olvidado demasiado de la forma de jugar. ¡Me estaba ganando por afano!
-¡Vos me mentiste a mi! -me quejé. Justo con el tema de los juegos no se jode conmigo. Soy MUY competitiva.
-Te juro que no. Es que sos muy buena maestra -me dijo haciéndose el canchero y dedicándome una sonrisa. "Que linda sonrisa. ¡Basta Paula!"
Terminamos esa partida, en la que él me gano y por supuesto que le pedí la revancha, total Zaira seguía charlando con sus conocidos. Seguimos jugando hasta que Zaira volvió con nosotros y yo ya estaba totalmente enojada porque ¡no podía lograr ganarle a Pedro!
-Esto no va a quedar así -le advertí-. Tengo un mal día pero ya me voy a tomar mi revancha.
-Bueno hija, como vos quieras -me respondió riendo. ¡Encima tenía la caradures de cargarme! Ah bueno. No le respondí más porque si no terminábamos mal.
Charlamos un rato más entre los tres y nos pusimos a levantar "campamento" para dirigirnos al segundo museo.
El domingo sí que fue aburrido de verdad. Al menos para mí. Los chicos la pasaron bien ya que varios familiares de Zai y Pepe habían organizado un asado de bienvenida para Pedro en el campo que pertenecía a los padres de mi amiga. Zai me había invitado pero me pareció que por más que seamos como hermanas esta salida correspondía solo a sus familiares de sangre, no quería quedar como una metida. Así que me quede en casa, nadando en la pileta y jugando con mis hermanos.
El lunes amaneció lluvioso, a penas abrí los ojos pude ver a través de la ventana que el cielo estaba de un tono gris muy oscuro y solo se iluminaba con la luz de los relámpagos cada dos minutos. Ya el clima me hizo sentir que no iba a ser un día muy positivo. Me levanté, me cambie y baje a la cocina con el celular en la mano para mandarle un mensaje a mi novio y otro a Zai para cambiar los planes que teníamos para ese día, porque al club, como teníamos pensado, no íbamos a poder ir.
En cuanto me senté en la barra con mi vaso de leche y tostadas, encontré una nota con la letra de mi mamá que decía: "Pau, quedate en casa hoy. Delfi estuvo toda la noche descompuesta y ahora tiene fiebre. Cuidala, por favor. Besos. Mamá."
Subí a la habitación de Delfi mientras le escribía el mensaje a Martín y por suerte me respondió enseguida. Lo extrañaba muchísimo, extrañaba sus abrazos, sus besos, charlar con él, pero sinceramente, las salidas que programábamos con Zai y Pedro cada día, me distraían bastante y lo estaba llevando mejor de lo que pensaba. A demás era inevitable la diversión con estos dos primos. Con Zai ya sabía que siempre la pasaba bien, pero Pedro poco a poco se soltaba más y podíamos hacer bromas juntos, sobre todo bromas a su prima. ¡Pobre Zai, la teníamos de punto!
-¿Cómo estas princesa? -le pregunté a mi hermana que estaba metida en su cama mirando televisión mientras me sentaba a su lado.
-¡Paula! Ya no tengo 7 años -me respondió quejándose y tosiendo a la vez.
-Ah, no es joda. ¡Te re enfermaste Del! -Le dije pasándole una mano por la frente. Todavía tenía la temperatura alta- ¿te traigo el desayuno?
-Si, porfa -me pidió y enseguida baje a la cocina para prepararle algo en una bandeja.
Ese día me lo pase con ella, cuidándola, mimándola un poco. Se lo merece mi pequeña.
Al otro día, por suerte Delfi ya estaba mejor y además mamá volvía de trabajar temprano por lo que podría organizar alguna salida con mis amigos. Solo tenía que encargarme de llevarle a su habitación el almuerzo. Mientras vigilaba que el arroz no se me quemara (era tan desastrosa en la cocina que era probable que algún incidente así ocurriera) pensaba en cuanto había extrañado estos días los paseos con Zai y Pedro que ya se me habían hecho costumbre. Y hablando de extrañar, mi novio me dijo que se iba a conectar un rato al medio día así que en cuanto el arroz que estaba vigilando estuvo listo lo puse en una fuente para que se enfriara y me conecte al facebook desde la notebook que tenía apoyada en la barra de la cocina.
No había aún rastros de Martin por el chat pero Zaira me hablo a penas me conecte para preguntarme si hacíamos algún plan para hoy, al menos bajo techo ya que la lluvia seguía y parecía no querer parar hasta dentro de unos días (así lo anunciaban también los hombres del pronóstico del tiempo de la televisión). Como buena fanática de ver películas les propuse ir al cine, pero al no tener registro de conducir ninguna de las dos y tampoco Pedro, quien a pesar de saber manejar no había tenido tiempo para hacerse uno desde que llegó al país; y por no querer ir en algún transporte público que seguramente irían muy cargados con un día como hoy, descartamos esa idea con rapidez.
Zai: Que te parece si venis a casa, comemos unas pizzas y vemos alguna película acá esta noche? Te podes quedar a dormir también. Mis papás se van a pasar la noche al campo porque con la tormenta ésta, que no quiere parar, parece que se cayó un árbol cerca de la casa y quieren ver que no se haya roto nada importante.
Esa idea me gustó por lo que enseguida nos pusimos a organizarla. Después de arreglar algunos detalles más se despidió de mí ya que Pedro quería conectarse él para conversar con su padre.
Vi que Pedro aparecía entre los conectados, lo había agregado al facebook hace unos días en la casa de Zai cuando estábamos paveando con la computadora, y a los pocos segundos vi que se conectaba Martín. ¡Al fin!
Converse un rato con mi novio hasta que Delfi me pidió su comida a los gritos. ¡Me había olvidado completamente! Le lleve todo en una bandeja rápidamente y volví a conversar con Martín.
Cuando mamá llegó de trabajar, a eso de las cuatro de la tarde me puse mi piloto de lluvia, agarré el paraguas, el bolsito que me había preparado y salí de mi casa en camino a la de Zai.
Llegué y me recibió Nora quien me dijo que Zai estaba en el quincho acomodando el sillón para la peli.
-Pasa, ya sabes el camino -me dijo sonriendo-. Con Andrés, en un ratito nos vamos. No hagan lío, eh.
-Sabes que no, Norita -le dije riendo. Era como mi segunda madre.
Me dirigí hacía el quincho que se encontraba al fondo del patio, corriendo para mojarme lo menos posible con la lluvia. El lugar se encontraba pegado a la pared del vecino del fondo y la pared que daba hacia el jardín de mi amiga era toda de vidrio, igualmente había cortinas para cerrarlo un poco, por ejemplo para las veces que habíamos ido con compañeras de la escuela a celebrar las famosas pijamadas. Entré y me encontré con Zai que estaba tratando de correr el sillón para que quedara bien enfrentado a la televisión, la ayude con eso y ambas nos sentamos, diría que casi nos tiramos en el sillón y nos pusimos a mirar la tormenta a través del ventanal.
-¿Todo bien? -le pregunté mientras observaba que los relámpagos volvían a hacerse notar en el cielo. Cada vez que parecía que la tormenta iba a terminar comenzaba de nuevo.
-Bien. Aunque cansada de tanta lluvia. ¿Vos? -me respondió.
-Sí, la verdad. Todo bien también... ¿Pedro?
-Estaba terminando de bañarse. Ahora venía.
-Y se va a bañar de nuevo cuando venga para acá -comenté riendo y señalando la lluvia.
-Sí, la verdad -me dijo y rió- mirá, ahí viene.
Miré por la ventana y lo vi cruzar el patio corriendo, como lo había hecho yo minutos antes. Entró al quincho y luego de pasarse las manos por los pelos mojados, imagino que en un intento de secarlos un poco, me saludo.
-¡Hola Pau! ¿Todo bien? -me dijo y sonrió ampliamente. Hasta empapado le quedaba linda la sonrisa. Se acercó y me dio un beso en la mejilla. Nunca, hasta ahora, me había saludado así... Bueno, no es nada raro, ¿no? Todos se saludan con besos en la mejilla en este país. "¡Nada raro Paula! Me aclaré y me concentré en contestarle.
-Bien, todo bien -le dije y Zai se levantó para alcanzarle la toalla de manos que había en el baño.
-¿Qué hacían? -Nos preguntó. Y le conté que yo había llegado hace minutos y solo habíamos acomodado el sillón. Él nos aviso que Nora y Andrés ya habían ido, dejándonos saludos. Los tres nos sentamos a conversar en el sillón, hasta que sonó mi teléfono. ¡Martín! ¡Hoy no había hablado con él! ¿Cómo se me pasó? Ni un mensaje le había mandado. Me disculpe con los chicos y me aparte un poco para contestar la llamada.
-Hola gordo -dije al acercarme el celular al oído.
-Hola amor, ¿cómo andas? -me dijo.
-bien, ¿y vos?
-Todo bien. Te llame porque me pareció raro que al encontrar un poco de señal no me entrara un mensajito tuyo, y ya que estaba aproveche para llamarte -me dijo y me hizo sentir un poco culpable.
Conversamos por un rato, me contó lo que había estado haciendo durante esos días en la playa, algunas excursiones que habían aprovechado, lugares nuevos que habían conocido, etcétera. Y yo no podía evitar la culpa que me daba no haberlo llamado o haberle enviado un mensaje antes, aunque el no me lo recriminó durante la conversación. Sabia que Pedro y Zaira habían logrado distraerme al punto de olvidarme (aunque sea en los momentos que pasaba con ellos) de todo lo que extrañaba a Martín, pero no creía que me iban a llegar a distraer hasta el punto de estar un día entero sin pensar en comunicarme con él... Solo había pensado en hacer planes con ellos, en ver a Zaira. En ver a Pedro.
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Que tengan todos muy linda semana ♥☺
Nos volvemos a encontrar el lunes que viene por aca... O ya saben que me encuentran en @AgosPulvirenti o @VerteReirPyP :)
Espero sus comentarios del capitulo o de la novela!!! Gracias.
Si no leyeron mi anterior novela les dejo el link para que pasen y vean (? Jajaja ---> http://vuelterospyp.blogspot.com
Besooooos ♥♥
Agos☺
Muy bueno,segui subiendo.
ResponderEliminarmuy lindo espero el siguiente
ResponderEliminarAiii muy lindo capitulo, tengo mucha intriga agoss !!
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